Sistemas de estudio para una oposición: arrastre o vueltas.
Una de las primeras preguntas que nos hacen los alumnos cuando deciden empezar el estudio de una oposición es: ¿cómo voy a conseguir retener semejante cantidad de información, temas, datos, procesos…?
Efectivamente, el estudio de una oposición es, como habréis oído más de una vez, una carrera de fondo. No es algo que se pueda abordar en uno o dos meses. Requiere un sistema organizado y sistematizado de estudio a largo plazo.
Por eso, vamos a analizar los dos métodos de estudio más extendidos en la preparación de un proceso opositor.
Sistema de arrastre: Consiste en ir acumulando temas de estudio a medida que se avanza en el programa, “arrastrando” aquellos ya estudiados de manera que se suman al estudio del nuevo tema. Persigue consolidar el conocimiento adquirido mediante el repaso de temas en un breve periodo de tiempo.
Se trata de organizar el estudio de los temas con lógica, de manera que al principio se hace factible el aprendizaje, ya que se aborda un solo tema, y a medida que avanzan las semanas los temas a estudiar aumentan, sumándose más temas cada vez: el que toca estudiar más otros que se estudiaron no mucho tiempo atrás. El ritmo de temas nuevos sigue siendo el mismo, lo que aumenta es el de los temas que deben repasarse, en los que cada vez debe emplearse menos tiempo.
Este sistema permite ganar confianza al opositor, que será consciente de que el esfuerzo empleado para repasar los temas es cada vez menor y verá que su esfuerzo tiene recompensa.
El arrastre en oposiciones como las de la Administración de Justicia, que la gente suele compatibilizar con trabajo, obligaciones familiares o que son elegidas por personas que no vienen del mundo del derecho, busca consolidar el conocimiento adquirido mediante el repaso de los temas en poco espacio de tiempo.
El sistema de vueltas consiste en completar el estudio del temario e ir dando “vueltas” al mismo, es decir, estudiar de forma lineal, un tema detrás de otro hasta que se acabe el temario y vuelta a empezar. Es igual de válido, pero para utilizarlo en Gestión, Tramitación y Auxilio las vueltas tendrían que darse en plazos relativamente cortos, lo que implicaría un nivel de temas de estudio desde el principio muy alto.
Ejemplos prácticos:
Pongamos por caso que vamos a preparar Tramitación Procesal. El sistema de arrastre permite en 9 meses ver el 50 % del examen cuatro veces; el 25 %, tres veces y el otro 25%, dos veces. El sistema de vueltas permite ver tres veces el 75% del temario en un plazo de 9 meses: necesitaríamos ver 24 temas en cuatro meses; luego en tres meses y luego en dos. Por tanto, esta última opción exige un alto nivel de temas desde el inicio, de modo el conocimiento se irá consolidando a medida que demos vueltas al temario.
Por tanto, cualquiera de los dos sistemas es perfectamente válido y depende tanto del opositor, su forma de estudio, su capacidad para retener y su velocidad de estudio, como del propio preparador, parte fundamental del proceso, ya que es el guía de esta carrera de fondo.
Escuela de Formación Jurídica.